La vida no siempre es fácil. A veces, sentimos que algo no va bien, pero no sabemos identificar qué es exactamente. Otras veces, sabemos cuál es el problema, pero no encontramos la forma de solucionarlo. En cualquiera de esos momentos, acudir a un psicólogo puede marcar una diferencia profunda y duradera en nuestra vida.
En el Centro de Psicología Mayte Peláez, lo veo a diario: personas que llegan con angustia, tristeza, ansiedad o simplemente con la sensación de estar “perdidas”, y que, poco a poco, encuentran en la terapia un camino hacia el equilibrio, la claridad y, sí, también hacia la felicidad.

¿Por qué esperar a tocar fondo para pedir ayuda?
Muchos creen que acudir a terapia es solo para quienes están en crisis o sufren un trastorno mental grave. Nada más lejos de la realidad. La psicoterapia también es una herramienta de prevención, crecimiento personal y bienestar emocional.
Cuando sentimos que “algo no va bien”, puede tratarse de señales tempranas de un conflicto interno, estrés acumulado, falta de dirección vital o dificultades en las relaciones. Identificar y trabajar estos síntomas a tiempo puede evitar que se conviertan en problemas mayores, como depresión, ataques de ansiedad, insomnio o aislamiento.

El poder transformador de la terapia: el caso de Laura
Laura (nombre ficticio) acudió al Centro de Psicología Mayte Peláez con 34 años. Decía sentirse “apagada”. Tenía un trabajo estable, una pareja desde hacía años, y aparentemente todo marchaba bien, pero ella no se sentía feliz. Había perdido la motivación, se irritaba con facilidad y cada vez le costaba más levantarse por las mañanas.
En las primeras sesiones, fuimos desgranando esas emociones. Descubrimos que, durante años, Laura había aprendido a minimizar lo que sentía para no “molestar” a los demás. Había acumulado decepciones, inseguridades y dudas sin darles espacio para ser escuchadas.
Durante el proceso terapéutico, Laura aprendió a reconectar con sus necesidades, a poner límites, a permitirse descansar sin culpa, y a tomar decisiones desde un lugar más consciente. No fue un cambio inmediato, pero sí constante. A los seis meses de tratamiento, Laura me dijo algo que no olvidaré: “He vuelto a ser yo, pero una versión más fuerte, más libre y más feliz”.
Hoy, Laura ha cambiado de trabajo, ha emprendido nuevos retos, ha fortalecido su relación de pareja y, lo más importante, ha recuperado el brillo en los ojos que creía perdido.

¿Qué puedes ganar al acudir al psicólogo?
En el Centro de Psicología Mayte Peláez trabajo desde un enfoque integrador, adaptado a las necesidades de cada persona. Estas son algunas de las mejoras que suelen experimentar mis pacientes:
- Mayor claridad mental para tomar decisiones.
- Reducción de síntomas de ansiedad, estrés o tristeza.
- Mejora en las relaciones personales y familiares.
- Recuperación de la autoestima y la motivación.
- Mayor capacidad para gestionar emociones difíciles.
- Sentido renovado de propósito y dirección en la vida.
Buscar ayuda es un acto de valentía, no de debilidad
Acudir a terapia es una forma de cuidar tu salud mental tanto como vas al médico a cuidar tu salud física. La felicidad no siempre es un destino, sino un estado que se construye desde el autocuidado, la autocomprensión y el compromiso contigo mismo.
En el Centro de Psicología Mayte Peláez estamos aquí para acompañarte en ese camino. Porque no tienes por qué seguir cargando con lo que te duele en soledad. Dar el paso de venir a consulta puede ser el primer gran acto de amor propio que hagas por ti.

¿Y si empiezas hoy?
Si sientes que algo no va bien, no esperes a que el malestar crezca. La terapia puede ayudarte a entender lo que ocurre y darte las herramientas para cambiarlo. Pide tu primera cita conmigo y descubre cómo el apoyo profesional puede marcar un antes y un después en tu vida.
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